5.9.2018
CosmoSalud

Cardiopatías y salud física

Cardiopatías y salud física

Numerosos estudios han demostrado la relación entre capacidad física y menor mortalidad cardiovascular.

En el caso de los enfermos cardiovasculares, el entrenamiento físico produce una serie de modificaciones en diferentes órganos (el corazón, los pulmones, los músculos…) que resultan muy beneficiosas.

EFECTOS BENEFICIOSOS:

Estas son algunas de las ventajas que pueden extraerse del entrenamiento.

• Aumento de la capacidad física y consumo máximo de oxígeno (VO-2max).

El entrenamiento proporciona una mejora en la capacidad física, independientemente de la edad, el sexo o el estado inicial. Disfrutar de una buena condición física es fundamental para vivir más años y en mejores condiciones.

• Efectos a nivel cardiaco.

Disminuye la frecuencia cardiaca y la presión arterial, tanto en reposo como a un determinado nivel de esfuerzo. Además, produce una serie de adaptaciones en el corazón que lo hacen más eficaz. Entre otras, se ha comprobado que, en casos de enfermedad coronaria o insuficiencia cardiaca, el entrenamiento puede mejorar la contractilidad, aumentando la fracción de eyección, lo que aporta mayor cantidad de sangre, y por tanto de oxígeno, a los órganos del cuerpo.

• Efectos a nivel respiratorio.

Favorece el aumento del volumen pulmonar, provocando una respuesta ventilatoria más adecuada al mejorarse el funcionamiento de los músculos que trabajan durante la respiración.

• Efectos a nivel muscular.

El músculo entrenado mejora su flujo de sangre y aumenta la capacidad para extraer y utilizar el oxígeno y otras sustancias que llegan a través de ella.

• Efectos a nivel psicológico.

El ejercicio libera en el cerebro una serie de sustancias que mejoran el bienestar, como las endorfinas. Además, reduce la ansiedad y la depresión, mejorando la autoconfianza y las ganas de vivir.

• Mejor control de los factores de riesgo cardiovascular.

Rebaja las cifras de tensión arterial sistólica y diastólica. También aumenta las lipoproteínas de alta densidad (HDL-colesterol o colesterol bueno) y disminuye los triglicéridos. Además, aumenta la sensibilidad a la insulina y facilita la pérdida de peso junto con una dieta adecuada.

• Efectos a nivel sanguíneo.

A intensidad moderada disminuye la agregación de las plaquetas y aumenta la actividad fibrinolítica o capacidad para disolver coágulos sanguíneos.

• Efectos sobre el ritmo cardiaco.

Mejora el balance del sistema nervioso autónomo, lo que disminuye la aparición de arritmias.

HAY UNA SERIE DE NORMAS BÁSICAS QUE SE DEBEN TENER EN CUENTA A LA HORA DE PLANIFICAR EL ENTRENAMIENTO FÍSICO:

• Cumplir las recomendaciones prescritas y las fases del entrenamiento. Calentar y enfriar es imprescindible si queremos evitar lesiones y complicaciones.

• Evitar temperaturas extremas o condiciones de excesiva humedad.

• No entrenar nunca después de comer, ya que durante esas horas el corazón trabaja para el aparato digestivo y no es conveniente desviar sangre hacia los músculos en movimiento. Tampoco se debe entrenar en ayunas, especialmente los diabéticos.

• Debemos mantenernos perfectamente hidratados en todo momento.

• Respetar la toma de medicamentos en los horarios recomendados.

• Utilizar ropa y calzado adecuados. Las prendas ceñidas o no transpirables que algunas personas usan erróneamente están absolutamente contraindicadas, ya que el ejercicio genera un calor que es preciso perder a través del sudor.

• No debemos entrenar si estamos enfermos, con fiebre, resfriados o con cualquier otra sintomatología (incluida la cardiológica). Si hemos tenido dolor en el pecho, ahogo, palpitaciones o cualquier otro síntoma es preciso consultar a nuestro médico antes de reanudar el ejercicio.

• Cualquier síntoma que aparezca durante el entrenamiento debe ser consultado inmediatamente con el especialista.

• No olvidar nunca que el entrenamiento debe mantenerse en el tiempo si queremos obtener beneficios. Si lo suspendemos, en poco tiempo perderemos la forma física y los efectos positivos que hayamos adquirido.

Aunque la práctica de ejercicio físico regular produce efectos muy beneficiosos, también puede provocar alteraciones, como complicaciones cardiovasculares e incluso la muerte. Por ello, la existencia de una enfermedad cardiaca obliga a realizar un perfecto diagnóstico de la misma y del estado funcional del paciente para prescribir con seguridad el ejercicio a realizar.

Esperamos que os haya sido útil el post y si necesitáis más información en Cosmopolitan Wellness Club estaremos encantados de leer y contestar vuestros comentarios.

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