3.6.2015
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En qué se basa la matronatación en el agua

A los bebés les encanta el agua y aprender a nadar es prácticamente algo que pueden hacer antes que incluso gatear y andar. Los especialistas no suelen recomendar el contacto con el agua hasta el cuarto mes de vida de los pequeños, sin embargo, y desde hace unos años, ha existido una actividad en la que la relación del bebé y el agua es recomendable desde una temprana edad: la matronatación.

La matronatación es una actividad que busca la estimulación acuática del bebé a través de una serie de ejercicios y juegos que ayudan al niño a moverse por el agua y flotar con la ayuda del padre o la madre.

Con estas clases no se pretende que el niño aprenda a nadar en sí, puesto que el aparato locomotor del bebé no está lo suficientemente desarrollado como para hacerlo. Es una actividad para poner al niño en contacto con el agua, mejorar su adaptación y el aprendizaje. Con esto el niño pierde el miedo al agua y gracias a ello gana en agilidad y en seguridad en sus movimientos, ya que fuera del agua todavía no sabe desenvolverse.

La edad recomendada para la matronatación es desde los cuatro meses, puesto que el sistema inmunológico del bebé ya ha madurado y las infecciones de oído y los resfriados son menos probables, hasta los siete años.

Los principales beneficios de esta actividad son varios:

 

  • El bebé está más relajado, duerme mejor, el humor mejora y se adaptan mejor al entorno.
  • La relación entre el niño y el padre o la madre se estrecha y se crea un vínculo más fuerte.
  • Al ser una actividad en grupo, el niño se vuelve más sociable y le aportará confianza para relacionarse en un futuro.
  • El bebé fortalece el sistema cardiorrespiratorio al encontrarse con un sistema de respiración alternativo como es respirar bajo el agua.

Para que el niño acepte esta actividad, es recomendable que, antes, los padres dejen a los bebés jugar en el agua a la hora del baño y relacionarse con el agua, mojándose y moviéndose para que después no la rechace a la hora de meterse en la piscina.

 Los ejercicios y los juegos se realizan con pelotas, flotadores y tablas, entre otros, para que el bebé consiga mantener el equilibrio, fortalecer los músculos y los huesos. Además los padres y madres deberán poner en contacto a los niños desplazándolos por el agua para que pierdan ese miedo. El hecho de llevar juguetes sumergibles, que el niño conozca, a las clases de matronatación  hace que su predisposición a entrar a la piscina sea mayor.

Las precauciones a llevar en estos casos son:

  • El pediatra debe aprobar que el bebé está en perfectas condiciones para acudir a la actividad.
  • No debemos descuidar al bebé en ningún momento, por muy  seguro que se encuentre en el agua.
  • Debemos evitar que la actividad coincida con las horas de la siesta o comida del bebé.
  • Saber que el personal que va a trabajar con los niños está cualificado para hacerlo.
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