24.7.2017
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4 poderosas razones para no dejar el gimnasio este verano

4 razones para no dejar el gimnasio en verano

El verano es una invitación para hacer muchas cosas aprovechando el buen tiempo pero el deporte no siempre es una de ellas. El calor nos hace sentir más hinchados y pesados y lo último que nos apetece es sudar todavía más. 

Sin embargo, entrenar en el gimnasio en verano es probablemente una de las mejores ideas que puedas tener.

¿Entrenamos en verano?

 

1. Un camino largo se contruye pasito a pasito

No tires por tierra el trabajo que has realizado durante todo el año. El cuerpo es un ingrato. Después de meses haciendo ejercicio de forma regular, tu cuerpo empezará a notar las consecuencias de abandonar la actividad física en apenas dos semanas sin hacer deporte. Cuando llegues al mes sin entrenar, prácticamente tendrás que volver a empezar cuando quieras retomarlo.

Continuar con una actividad ligera en verano que sirva como ejercicio de mantenimiento te permitirá no perder la forma que has trabajado durante todo el año. Tu esfuerzo y tu sacrificio de meses se mantendrán y no perderás todo lo que has avanzado.

Así, cuando en septiembre decidas retomar una rutina más intensa no tendrás que volver a construir desde la nada sino que tu cuerpo estará listo y preparado para seguir trabajando.

 

2. El gimnasio entero para ti

En verano la asistencia al gimnasio baja, pero la capacidad de las instalaciones sigue siendo la misma. Es el mejor momento para entrenar porque tendrás nuestras instalaciones a tu disposición y, lo más importante, la atención de nuestros monitores en sala.

Esto es fantástico para quienes quieren mejorar su técnica y sacarle mayor partido a sus entrenamientos. Al haber menos público, nuestros monitores tendrán más tiempo para ti. ¡Alguna recompensa tenía que tener ser un valiente!

 

3. La tentación tiene nombre de verano

Nos encanta el verano porque vivimos muy bien. Esta época del año es perfecta para pasar más tiempo al aire libre… Sentados en una terraza. La buena vida es magnífica pero suele tener una contrapartida muy peligrosa: el aumento de peso.

Salir más suele conllevar comer más y, sobre todo, comer peor. Si cada vez que saliéramos a la calle nos alimentáramos de ensaladas y fruta fresca no habría problemas pero… ¿Quién puede decir no a un buen plato de patatas bravas?

Entre las tapas, los helados y la cerveza fresca resulta muy difícil mantenernos en nuestro peso si no es con la ayuda extra de un poco de ejercicio cardiovascular. Si te gusta salir a correr el buen tiempo será tu aliado y si no siempre puedes venir a nuestro gimnasio a moverte un poco con nosotros.

 

4. Nuestras salas están climatizadas

Sabemos que no hay nada como salir a correr a última hora de la tarde aprovechando el aire fresco del anochecer pero si a esa hora prefieres estar en la playa, con tus amigos o con tu familia, el deporte se cae de la rutina diaria.

Nuestras salas están climatizadas para que puedas entrenar a cualquier hora del día sin preocuparte de si fuera llueve tierra otra vez o hace un sol de justicia. Así, podrás adaptar tus entrenamientos a tu vida diaria sin estar limitado por las condiciones meteorológicas. 

Además, siempre tienes a tu disposición nuestra zona de aguas y nuestras piscinas para darte un chapuzón después de una dura sesión de entrenamiento.

 

Continuar es fácil, empezar es difícil.

El trabajo de mantenimiento físico durante el verano evitará que vuelvas a tener que acostumbrar a tu cuerpo al ejercicio en septiembre. Si el recuerdo de las últimas agujetas aún te provoca pesadillas, entrenar con nosotros durante los meses de verano te ayudará a que sigan siendo cosa del pasado.

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