26.9.2016
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5 razones para apuntar a tu hijo a clases de natación

Regresa el otoño y, con él, el momento de elegir las actividades extraescolares de los más pequeños de la casa. Conseguir el equilibrio adecuado entre ejercicio, aprendizaje y diversión puede ser complicado, sobre todo cuando tenemos que ceñirnos a un presupuesto y las opciones son casi infinitas. ¿Cómo elegir qué dejo fuera? ¿Qué actividad de todas las disponibles es más completa?

Una de las opciones ganadoras cuando de actividades extraescolares se trata es sin duda la natación. Este tradicional deporte aúna beneficios muy dispares que lo convierten en una apuesta segura cuando buscamos una única actividad que lo agrupe todo. ¿Quieres saber por qué?

1. Enseña una habilidad práctica

Saber nadar es importante no sólo como opción de ocio sino también por seguridad. Vivimos rodeados de agua, ya se trate de piscinas o el propio mar, y siempre es una garantía de seguridad para nosotros como padres que nuestro hijo sepa nada. Además, una vez aprendida esta habilidad les acompañará toda la vida, independientemente de que continúen con la afición de mayores o no.

2. Desarrolla todo el cuerpo a la vez

Es una de esas frases que todos hemos oído alguna vez: “la natación es el ejercicio más completo de todos”. Lejos de ser un cliché vacío, es completamente cierto. Al nadar trabajamos todos los músculos de nuestro cuerpo, desde la zona core a los brazos, pasando por las piernas y la espalda. Los músculos se desarrollan con el crecimiento y el ejercicio moderado, ayudándoles a desarrollar una correcta postura corporal. Cualquiera que recuerde sus años de estudio sabe lo importante que es tener una espalda fuerte y sana.

3. Trabaja cuerpo…. Y mente

Al contrario que otras actividades que son meramente físicas, la natación obliga a pensar mientras se realiza. Es necesario concentrarse en la respiración y en la postura, y esa concentración ayuda a desarrollar ciertos aspectos cognitivos del niño que de otra forma permanecerían ignorados. Además, precisamente la necesidad de estar al cien por cien en lo que están haciendo en ese momento les ayuda a liberar estrés y a aparcar durante un rato las obligaciones escolares. Esta técnica de relajación a través del deporte les será muy útil cuando lleguen a la edad adulta… ¿Verdad, padres?

4. Enseña a ganar y a perder

Dentro de los clubes de natación también existe margen para la competición, individual y colectiva. Este es uno de los puntos más atractivos para muchos niños porque les permite pertenecer a un equipo, fortaleciendo así sus habilidades sociales, al mismo tiempo que compiten contra miembros de otros clubes… Y contra sí mismos. Aquí es probablemente donde radique uno de los aspectos más positivos de la natación como ejercicio de competición: es tu propia marca la que tienes que batir. Esta experiencia de superación personal ayuda a los niños a construir una autoestima sana y una actitud positiva hacia la derrota: no importa que pierdas la competición, has dado lo mejor de ti.

5. Quema energía

El último beneficio es… Para los padres. Los niños son pequeñas máquinas de energía infinita que corren, saltan, gritan, bailan, cantan, juegan sin descanso. Los amamos por ello, pero siempre se agradece un poco de ayuda para desfogar tantísima energía. Nuestros pequeños torbellinos quedarán agotados después de una sesión de entrenamiento y, si no agotados, por lo menos habrán reducido gran parte de su actividad porque es otra verdad universal que la piscina, cansa. Afortunadamente. 

 

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