14.3.2017
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Los secretos del Yoga para una vida mejor

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Es una de las disciplinas más populares en todo el mundo. El yoga es una actividad que cada año gana nuevos adeptos en todas partes gracias a su increíble popularidad. Detrás de la imparable ascensión de este deporte se encuentra  la filosofía que subyace detrás del ejercicio: la unión del cuerpo y de la mente

El yoga es mucho más que un deporte

No en vano la palabra yoga significa “unión” en sánscrito. Esta disciplina originaria de la india basa su eficacia en su capacidad para alinear cuerpo y mente a través de la respiración. “El yoga es mucho más que un deporte”, comenta Celia, monitora de yoga en Cosmopolitan Elche, “es una forma de vivir. Se trata de ir hacia dentro, de conocernos a nosotros mismos y concentrarnos en el momento presente”.

Hatha yoga

Existen muchas variantes de yoga pero la que enseña Celia es la más popular, el hatha yoga. Las asanas o posturas corporales del hatha yoga buscan preparar el cuerpo para la meditación, proporcionando a quien lo practica una sensación de serenidad y calma.

“La clave es la respiración”, nos cuenta Celia. “El yoga trabaja sobre nuestros centros energéticos, los conocidos chakras, y a través de ellos busca aumentar nuestra energía corporal”.

"gracias al yoga entendemos mejor nuestro cuerpo"

A través de las posturas o asanas del yoga “entendemos mejor nuestro cuerpo. Tenemos que escuchar nuestro cuerpo siempre y con el ritmo de vida que llevamos hoy a menudo no es fácil. Con el yoga viajamos hacia nuestro interior buscando conectar con nosotros mismos”, explica Celia, que imparte clases de yoga desde 2009.

“Todo el mundo que empieza a practicarlo experimenta en poco tiempo una gran mejoría”. Celia habla también de su propia experiencia. “A mí el yoga me cambió la vida. Más que un deporte es una herramienta para la vida diaria, una habilidad que adquirimos y que nos permite mejorar nuestra vida y gestionar mejor nuestro cuerpo y nuestras propias emociones”.

Cualquier persona puede comenzar a practicar yoga en cualquier momento. “No importa la edad ni el momento del año en el que decidan incorporarse a las clases”, asegura la monitora. Por lo general todos los grupos mezclan diferentes tipos de personas. “Hay diferentes edades, diferente condición física, personas con dolores o molestias diversas que se acercan al yoga en busca de alivio… Cualquiera puede empezar a practicarlo, es una de las mejores cosas del  yoga, que no discrimina a nadie”.

En las primeras clases la atención va dirigida siempre a evitar lesiones. “Hay que tomarse las cosas con calma, es parte de la filosofía de esta disciplina. Al principio como monitores estamos muy pendientes de los nuevos para evitar que nadie se haga daño y que la persona que empiece sea consciente de que tiene que hacer los ejercicios dentro de sus capacidades, sin forzarse nunca. Tu cuerpo marca tu propio límite. Poco a poco iremos avanzando a posturas más complejas”.

Las clases de yoga comienzan con un calentamiento básico. A continuación se desarrolla la sesión en sí y termina con la parte más importante: la relajación final. En el yoga el concepto de unión de cuerpo y mente es uno de los aspectos fundamentales que marcan el desarrollo y el progreso dentro de la actividad.

Sin embargo, no sólo el espíritu se beneficia de esta antigua disciplina oriental. El cuerpo también cambia y se desarrolla con su práctica habitual. “Al poco de empezar a practicarlo comienzan en seguida a notar sus beneficios. En especial las personas que padecen de dolores de espalda o nervios. Es una de las cosas que más a menudo me dicen, cómo les ha aliviado los dolores de espalda. Al fin y al cabo, durante el ejercicio se estiran y se trabajan todos los músculos de la espalda, mejorando enormemente la postura corporal”, explica Celia. El yoga fortalece toda la musculatura de la columna.

¿Cuántas sesiones de Yoga se necesitan para que se noten los cambios?

En general, en unas doce sesiones de práctica comienzan a notarse los cambios aunque hay personas que a las ocho sesiones ya notan la mejoría, dependiendo de cada uno. “Es muy llamativo. Físicamente trabaja todas las articulaciones, así que las personas con problemas de tendones y tejido conjuntivo enseguida notan un notable alivio de los dolores que les afectan en su vida cotidiana”.

“El yoga también mejora el funcionamiento endocrino y de nuestros órganos internos”, comenta Celia, “y ayuda a regular nuestro sistema hormonal”. Este es uno de los aspectos menos conocidos por quienes se acercan a esta actividad pero uno de los más notables en cuanto empieza a practicarse.

La musculatura se fortalece progresivamente con el yoga, haciendo que quienes lo practican tenga un cuerpo más definido y flexible sin llegar a la musculación. En general se observan unas líneas físicas más fuertes y esbeltas dentro de la constitución personal. “Además, amplía la caja torácica, mejorando la respiración y beneficiando el corazón con la respiración controlada”.

"La clave es  la conjunción de lo físico con lo mental"

La clave sin embargo para muchos aficionados al yoga es precisamente la conjunción de lo físico con lo mental. “El  yoga es un gran remedio contra el insomnio”, explica Celia, “es otro de los puntos que más destacan mis alumnos desde hace años. El día que hacen yoga es el día que mejor duermen de toda la semana y es tanto por la actividad física en sí como por la meditación”.

"el  yoga es un gran remedio contra el insomnio"

Un espacio de paz y de calma en un mundo veloz y convulso, que cambia a cada segundo y que no nos deja espacio para nosotros mismos. Una hora de pensar en nosotros, en nuestro cuerpo y en nuestra respiración, donde toda nuestra energía se concentra en un único punto: nuestro bienestar.

"es increíble cómo el yoga actúa sobre nuestro cuerpo"

“Es increíble cómo actúa sobre nuestro cuerpo. Trabaja sobre la mente para trabajar sobre el cuerpo, y es una forma de meditación fantástica que calma el sistema nervioso en general. Quienes se animen a practicarlo por primera vez pronto entenderán de qué les hablo y no querrán dejarlo”. Celia lo sabe bien. Ella probó el yoga por primera vez hace más de doce años y desde entonces no ha dejado de practicarlo y enseñarlo. “Es mucho más que un deporte, es una forma de vida”. 

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